Los componentes antioxidantes y antiinflamatorios de los frutos secos y el aceite de oliva los convierten en excelentes aliados contra el deterioro cognitivo (que puede conducir a la demencia o al alzhéimer).
El estudio, derivado del ensayo PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), contó con la participación de 447 voluntarios sanos a nivel cognitivo pero con alto riesgo cardiovascular y con una media de 67 años de edad. La investigación se prolongó durante cuatro años y los participantes siguieron tres tipos de dieta: una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, una dieta mediterránea con un extra de frutos secos o una dieta control baja en grasa. Al mismo tiempo, durante los cuatro años de seguimiento, se realizaron evaluaciones de la función cognitiva de los voluntarios, tanto al inicio como al final del estudio.
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